jueves, 31 de mayo de 2007

Ahora se impone el baile en el caño pero antes...

Esta historia ocurrió muchos años antes de que el instituto existiese. Aún, en esos tiempos, trabajaba para una Tan Reconocida y Prestigiosa Institución dedicada a la eseñanza del Idioma ... (los que me conocen saben a qué me refiero, jejeje). El tema es que se suponía que una, como profesora, debía vestirse acorde. Esa palabra: "acorde" generó en mi muchas categorías: "Acorde a mis ganas", "Acorde a la edad", "Acorde a la época"; en fin, ese glorioso día había decidido ir con mi super camisa de jean que, of course, no metí dentro de los pantalones; es decir, que estaba suelta. Yo, frente al curso, curso de adolescentes por cierto, les pedí (afortunadamente) que escribiesen una palabras. En ese preciso momento me acerqué a uno de los endemoniados bancos que al ser de los modernos, estaba hecho con patas de caño y la mesa de madera y por supuesto la silla separada. Ahora bien, me acerqué y esa parte de la camisa que separa el lado derecho del izquierdo de la misma fue a quedarse atascado entre el caño y la tabla que conformaban la mesa. Para completar mi desventura, la camisa era con botones a presión y al yo no darme cuenta del atascamiento me dirigi hacia atras en busca del pizarrón y la camisa poco a poco, con ese sonido que hacen los botones a presión, se desprendió completamente. Lo bueno es que justo estrenaba corpiño!

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